La navidad habita en el niño que fuimos.
Se queda allí, vestida de recuerdos,
de luces de colores,
de dulces navideños.
La navidad nos trae
un olor a canela y un eco de silencios.
¡Y una nostalgia amarga
de momentos tan dulces...!
La navidad es siempre, o casi siempre,
una ventana abierta a la lejana infancia
que, sin pedir permiso,
asoma sin pudor.
Se queda allí, vestida de recuerdos,
de luces de colores,
de dulces navideños.
La navidad nos trae
un olor a canela y un eco de silencios.
¡Y una nostalgia amarga
de momentos tan dulces...!
La navidad es siempre, o casi siempre,
una ventana abierta a la lejana infancia
que, sin pedir permiso,
asoma sin pudor.
QUE EL NIÑO QUE UN DIA FUISTE,PASE UNA FELIZ NAVIDAD¡
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